En
1811 no sólo superó el ámbito de la Provincia de Caracas al sumarse otras
provincias, sino que implicó la ruptura definitiva con el nexo colonial
español. Con esta finalidad se instaló en Caracas el 2 de marzo de 1811, el
primer Congreso de Venezuela, con la representación de las Provincias de
Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Barcelona y Trujillo. Estas siete
provincias que formaban la "Confederación Americana de Venezuela en el
Continente Meridional", quedaron simbolizadas en las siete estrellas de la
bandera nacional venezolana. Es importante destacar que las provincias de Coro,
Maracaibo y Guayana, quedaron excluidas del Congreso por estar dominadas por
los españoles.
La instalación del Congreso se llevó a cabo el 2
de marzo de 1811 en la casa del Conde San Javier (hoy esquina de El Conde) en
Caracas, con asistencia de la Junta Suprema. Acto seguido se eligió un
Presidente provisional del Congreso y pasaron, precedidos por los miembros de
la Junta a la catedral de Caracas, donde el arzobispo Narciso Coll y Pratt
ofició la misa y después del evangelio los diputados prestaron juramento, bajo
estos términos: "¿Juráis a Dios por los Santos Evangelios que vais a
tocar, y prometéis a la Patria conservar y defender sus derechos y los del
Señor Don Fernando VII, sin la menor relación o influjo con la Francia;
independientes de toda forma de gobierno de la península de España; y sin otra
representación que la que reside en el Congreso General de Venezuela; oponeros
a toda dominación que pretendiera ejercer soberanía en estos países, o impedir
su absoluta y legítima independencia cuando la Confederación de sus Provincias
la juzgue conveniente...?". Dicho juramento expresa tres aspectos que son
importante destacar. El primero, es el rechazo por parte de la iglesia a la
influencia de la Revolución Francesa en el proceso independentista venezolano
(y en toda Hispanoamérica) dado su marcado carácter anticlerical. Segundo, la
mención a la forma federativa (Confederación) de la Constitución Política, lo
cual formará parte del intenso debate centralismo-federalismo que se llevará a
cabo durante el Congreso, y que dominará todo el siglo XIX. Tercero, la
declaración de la Independencia absoluta de Venezuela, la cual además había que
proteger no sólo de España sino de las demás potencias europeas.
A medida que se fueron desarrollando las sesiones
del Congreso, la idea de la Independencia fue ganando adeptos en el seno del
mismo. Muchos diputados la apoyaron con apasionados alegatos, otros con
argumentos históricos. Entre los diputados que se oponían a la ruptura
definitiva con la corona española, se encontraba el sacerdote de La Grita,
Manuel Vicente Maya, quien pronto se vio abrumado por los discursos de Fernando
Peñalver, Juan Germán Roscio, Francisco de Miranda, Francisco Javier Yanez y
muchos más, favorables a la idea de la Independencia absoluta. Mientras tanto,
los ánimos de los jóvenes radicales se caldeaban en las reuniones de la
Sociedad Patriótica, hasta llegar el momento en que Simón Bolívar lanzó—ante
las dudas sobre la Independencia—su famosa pregunta: "¿Trescientos años de
calma, no bastan?".
En la mañana del 5 de julio continúo el debate en
el Congreso, y a comienzos de la tarde se procede a la votación; hecho el
recuento de los votos, el presidente del Congreso Juan Antonio Rodríguez
Domínguez, anunció solemnemente a las tres de la tarde, que quedaba proclamada
la Independencia absoluta de Venezuela.
Personal de Cultura.
Lcda. Yaritza Brito M.
Lcda. Zoraida Gil.
Prof. Eglee Farías.
Lcda. Eligia Gil.
Lcdo. Guzman Rodríguez
Nota realizada por Lcdo. Guzman Rodríguez Docente
de la institución
CC al Lcdo.
Edgar Zapata Jefe de Prensa de la Zona Educativa
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